Conozcamos cuáles son los mejores tratamientos para aguas residuales. Dada la peligrosidad de estos productos, conviene que entendamos cómo podemos reutilizar en nuestro beneficio sin que supongan un problema para la salubridad humana, animal o vegetal.
Qué es el agua residual
Antes de entrar en materia, definamos de qué estamos hablando estrictamente. El agua residual es aquella que de forma previa ha sido usada en el hogar o en procesos industriales. Por ejemplo, se ha utilizado en diversas tareas, como lavar ropa, limpiar maquinaria y, así un largo etcétera. Acto seguido, vuelve al desagüe y pasa por la cañería hasta convertirse en la ya llamada agua residual.
Dichas aguas, como es lógico, están cargadas en diversa medida de contaminantes que han de ser procesados para restar peligro. Así pues, reutilizar estos líquidos elementos ipso facto no es factible, de ahí que sean necesarios los tratamientos recomendables a cada caso.
El tratamiento de las aguas residuales es clave para devolver al líquido elemento a las condiciones adecuadas para que sea reutilizable para diversos fines. Es decir, devolverle cierto grado de potabilidad, dependiendo de las posibilidades en cada caso, para lo que hace falta la aplicación de una serie de técnicas que vemos a continuación.
Con qué tipos de aguas residuales nos vamos a encontrar
Dicho lo cual, hemos de analizar los diversos tipos de aguas residuales con las que tendremos que trabajar en un momento dado. Así pues, veamos los más habituales, pues cada una necesita su propio tratamiento según la composición, el origen del vertido, la necesidad concreta de depuración, etc.
Según el estado físico posible, nos vamos a encontrar:
- Fracción soluble: aquí localizamos opciones como la oxidación química o los tratamientos biológicos, entre otros.
- Fracción suspendida: en este caso hablamos de posibilidades como la filtración, el desbaste o la decantación.
- Fracción coloidal: es la precipitación química.
Cuáles son los mejores tratamientos para aguas residuales
Llegados a este punto, vamos a saber cuáles son los tratamientos más recomendados para aguas residuales. Para ello, volvemos a hacer una división importante. Entre los más habituales, diferenciamos los siguientes:
- Tratamiento biológico.
- Tratamiento físico.
- Tratamiento químico.
Dicho lo cual, vamos a explicar en qué consiste cada uno de ellos. Toma buena nota.
Tratamientos físicos
Los tratamientos físicos son los que aplican separaciones físicas, es decir, de los sólidos. Los métodos dependerán de las propiedades de los contaminantes con los que haya que trabajar, según tamaño de partículas, flotabilidad, viscosidad, etc. Por tanto, encontramos opciones como el tamizado, la separación, la filtración de sólidos o la precipitación.
Tratamientos químicos
Los tratamientos químicos dependen de la química del contaminante o del reactivo que hay en el agua. Destaca la eliminación de oxígeno y de hierro, así como de nitratos y fosfatos. También se incluyen procesos como los electroquímicos, el intercambio de iones, la oxidación, la coagulación, etc.
Tratamientos biológicos
Se usan procesos biológicos, por lo que se eliminan los contaminantes coloidales. Estos microorganismos actúan sobre la materia que se suspende en el agua, para transformarla en sólidos sediméntales. Por tanto, se podrán utilizar procesos tanto anaeróbicos como aeróbicos, como las lagunas aireadas, la biodigestión anaerobia, los filtros percoladores o los lodos activos.
Si deseas saber más sobre los mejores tratamientos para aguas residuales, no tardes en ponerte en contacto con nuestros expertos para dar con la mejor solución a tu caso.