Por qué es importante tratar el agua

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¿Te has preguntado alguna vez por qué es importante tratar el agua? Al fin y al cabo, el ser humano ha estado muchos miles de años tomando el agua tal cual la encontraba, bebiendo de ríos, lagos, charcas, etc. Hoy en día, esto ha cambiado de forma drástica.

Tratar el agua: un proceso de vital importancia

No cabe duda, y nadie lo puede poner en duda, valga la redundancia, que el agua es un recurso básico que garantiza la vida de millones de seres vivos en nuestro planeta. Por eso, el acceso a dicho recurso es necesario y condición sine qua non para la vida como tal.  

Como bien básico y recurso clave, hemos de pensar en la necesidad de tener el agua de consumo bien tratada por el bien de los seres humanos, y también de los animales, tanto mascotas como aquellos de granja. 

Hoy en día, sin embargo, muchas personas tienen problemas serios para acceder a recursos hídricos. Dos, sobre todo, son los más importantes y llamativos: 

  • Escasez: más del 40% de la población mundial tiene problemas graves para acceder a agua limpia y tratada. Este porcentaje crecerá, pues el planeta se está desertificando por efecto del calentamiento global.  
  • Contaminación: otro de los grandes problemas del agua actualmente. ¿Sabías que más del 80% de las aguas que resultan de la actividad humana no son potables y están contaminadas? Luego, se vierten a los ríos y al mar sin que haya un tratamiento previo, lo que hace que cada vez más fuentes estén contaminadas, o sea, que somos el principal causante de esta lacra mundial. 

El ciclo del agua

Entender la necesidad del tratamiento del agua implica conocer su ciclo, gracias al cual existe la vida en la Tierra actualmente. Para ello, entendemos cómo las nubes toman agua de los mares y ríos en forma de vapor para luego precipitar nuevamente sobre la superficie, siendo ese el ciclo interminable que nos permite beber y disponer de agua potable que degustar.

El problema del agua se soluciona con el tratamiento

Ahora bien, la actividad humana ha hecho que dicho ciclo en principio natural tenga inconvenientes en forma de contaminación del recurso hídrico. ¿Cómo podríamos solucionarlo? Veamos algunas ideas. 

Como hablamos, la mejor forma es el tratamiento de las aguas para su potabilización y uso, sobre todo las contaminadas. Aunque es preferible evitar la contaminación previa, a veces es más complicado. Por fortuna, hay fórmulas para reutilizar esa agua para consumo humano. 

Las fórmulas de tratamiento más adecuadas son las siguientes: 

  1. Tratamiento de agua potable: ¿sabías que solo el 0,3% del agua de la Tierra es apta para consumo humano? Es por ello que hay que invertir en esta labor por ser un recurso vital.
  2. Desalinización o desalación: aunque dos tercios de la superficie planetaria están formados por agua, solo el 2,5% es potable. Sin embargo, la tecnología actual permite desalinizar para lograr un uso humano mayor, pues de esa agua dulce solo el 0,3% es útil para el consumo. 
  3. Tratamiento de aguas residuales: finalmente, tenemos la opción de tratar las aguas residuales para que vuelvan a ser potables. Reusar aquella agua que hemos contaminado reduce daños ambientales y facilita llevar a cabo labores como la agricultura.

Ya sabes por qué es importante tratar el agua. Si necesitas ayuda profesional, no tardes en ponerte en contacto con nosotros, expertos en la materia.

Los mejores tratamientos para aguas residuales

Conozcamos cuáles son los mejores tratamientos para aguas residuales. Dada la peligrosidad de estos productos, conviene que entendamos cómo podemos reutilizar en nuestro beneficio sin que supongan un problema para la salubridad humana, animal o vegetal. 

Qué es el agua residual

Antes de entrar en materia, definamos de qué estamos hablando estrictamente. El agua residual es aquella que de forma previa ha sido usada en el hogar o en procesos industriales. Por ejemplo, se ha utilizado en diversas tareas, como lavar ropa, limpiar maquinaria y, así un largo etcétera. Acto seguido, vuelve al desagüe y pasa por la cañería hasta convertirse en la ya llamada agua residual. 

Dichas aguas, como es lógico, están cargadas en diversa medida de contaminantes que han de ser procesados para restar peligro. Así pues, reutilizar estos líquidos elementos ipso facto no es factible, de ahí que sean necesarios los tratamientos recomendables a cada caso. 

El tratamiento de las aguas residuales es clave para devolver al líquido elemento a las condiciones adecuadas para que sea reutilizable para diversos fines. Es decir, devolverle cierto grado de potabilidad, dependiendo de las posibilidades en cada caso, para lo que hace falta la aplicación de una serie de técnicas que vemos a continuación. 

Con qué tipos de aguas residuales nos vamos a encontrar

Dicho lo cual, hemos de analizar los diversos tipos de aguas residuales con las que tendremos que trabajar en un momento dado. Así pues, veamos los más habituales, pues cada una necesita su propio tratamiento según la composición, el origen del vertido, la necesidad concreta de depuración, etc.

Según el estado físico posible, nos vamos a encontrar: 

  1. Fracción soluble: aquí localizamos opciones como la oxidación química o los tratamientos biológicos, entre otros.
  2. Fracción suspendida: en este caso hablamos de posibilidades como la filtración, el desbaste o la decantación.
  3. Fracción coloidal: es la precipitación química. 

Cuáles son los mejores tratamientos para aguas residuales

Llegados a este punto, vamos a saber cuáles son los tratamientos más recomendados para aguas residuales. Para ello, volvemos a hacer una división importante. Entre los más habituales, diferenciamos los siguientes: 

  1. Tratamiento biológico.
  2. Tratamiento físico.
  3. Tratamiento químico. 

Dicho lo cual, vamos a explicar en qué consiste cada uno de ellos. Toma buena nota.

Tratamientos físicos

Los tratamientos físicos son los que aplican separaciones físicas, es decir, de los sólidos. Los métodos dependerán de las propiedades de los contaminantes con los que haya que trabajar, según tamaño de partículas, flotabilidad, viscosidad, etc. Por tanto, encontramos opciones como el tamizado, la separación, la filtración de sólidos o la precipitación.

Tratamientos químicos 

Los tratamientos químicos dependen de la química del contaminante o del reactivo que hay en el agua. Destaca la eliminación de oxígeno y de hierro, así como de nitratos y fosfatos. También se incluyen procesos como los electroquímicos, el intercambio de iones, la oxidación, la coagulación, etc.

Tratamientos biológicos

Se usan procesos biológicos, por lo que se eliminan los contaminantes coloidales. Estos microorganismos actúan sobre la materia que se suspende en el agua, para transformarla en sólidos sediméntales. Por tanto, se podrán utilizar procesos tanto anaeróbicos como aeróbicos, como las lagunas aireadas, la biodigestión anaerobia, los filtros percoladores o los lodos activos. 

Si deseas saber más sobre los mejores tratamientos para aguas residuales, no tardes en ponerte en contacto con nuestros expertos para dar con la mejor solución a tu caso.